jueves, 14 de mayo de 2009

NBA: Donde Las Palizas Ocurren

Los playoffs de la NBA caminan paulatinamente a las finales de conferencia y dos equipos se han destacado por dejar en el camino, sin mucho contratiempo, a rivales que nunca pudieron pelear de igual a igual frente a ellos: Denver y Cleveland.


Canasta limpia


El quinteto donde deslumbra LeBron James derrotó sin apelaciones (4-0) a unos escuálidos Atlanta Hawks, quienes tuvieron que sortear la complicada valla de Dwayne Wade en 7 juegos, para luego llegar a tener 3 jugadores titulares lesionados, lo cual terminó despachando a los de Atlanta de vuelta a su casa.


Pero no piensen que porque no jugaron a plenitud sus titulares, Atlanta perdió como perdió. Si bien en los playoffs versión 2008 los liderados por el escolta Joe Johnson tuvieron en las cuerdas a los que a la postre serían campeones, Boston Celtics, debieron a enfrentar a un plantel sólido que se mueve a la melodía de LeBron James, consiguiendo una armonía y exactitud que hacen de los Cleveland Cavaliers, una escuadra con chapa de campeón.


Tienen razón si me dicen que la banca de Cleveland no es potente. Ya la imagen de Mike Brown sacando a todo el equipo suplente en la primera serie frente a Detroit Pistons (4-0), cuando luego de ir ganando por 20, le dio minutos a los del ‘bench’ que ajustó el partido a tan sólo 7 puntos y que hizo que LeBron James y sus escuderos volvieran al parquet. Lo reconozco. Como también reconozco que el equipo en sí no es una excesiva potencia. Varejao es corajudo, pero no es un imprescindible en cualquier lado de la cancha. Ilgauskas cumple bien su rol de centro europeo, pero no es descollante (más aún con sus lesiones). Mo Williams es un jugadorazo, que aparece en los momentos necesarios y que sin duda es el que más respaldo le ha dado al 23. West, irregular, suele tomar el bastión cuando Mo está más bajo. Pero no es el base ideal. Es un jugador ideal para un equipo que tiene al campeón olímpico en Beijing.


Pero LeBron marca diferencias incontrarrestables, al menos para timoratos equipos como los Hawks, a pesar de los ripios que aún pule el actual MVP. Subió sus puntos por partidos a 30 en esta serie. Y su control de los partidos, la confianza que tiene en saberse el mejor. La impronta de LeBron es la confianza, el trabajo y la espina clavada de la derrota frente a Boston el año pasado. Es un auténtico y genuino hambre de triunfo que quiere saciar llegando a su segunda final.


Sólo dejaron un partido…


Lo de Denver es totalmente distinto. Terminando la temporada regular con una que otra complicación, la escuadra comandada por Chauncey Billups (lejos la transferencia más determinante de la temporada) ha aparecido con todo su esplendor en la post-temporada. Derrotando primero a unos famélicos Hornets por 4-1 y que en una llave más complicada, el denominado “duelo de bancas” (por desnivelar partidos gracias al aporte de éstas), los Nuggets lograron imponerse a un cuadro donde el alemán Nowitzki trató de hacer cuánto pudo. Las claves sin duda fueron la lectura de los partidos por parte del técnico de los de Denver, George Karl, la destacada actuación de jugadores “promedio” como Nene Hilario y del aporte efectivo de sus estrellas: Carmelo Anthony y el mencionado Billups.


Denver ha mostrado una solidez como equipo que le permite a todos ir rotando su importancia, todo bajo la conducción soberbia del ex Pistons. Pero para la eventual final, tendrá que enfrentarse a uno de dos cuadros que tienen positivo balance frente a los Nuggets. Tanto los Rockets como los Lakers, de los cuatro enfrentamiento contra los de Karl, ganaron tres. Como para pensar en la probabilidad de que haya otra paliza.


Otra más…


Los Lakers no la han tenido fácil en sus enfrentamientos frente a Houston Rockets. Pero vale destacar que, al parecer, el gran muro texano estaría derrumbándose de a poco tras la deserción por lesión de Yao Ming. La paliza no se hizo esperar, y los dirigidos de Phil Jackson derrotaron por 40 puntos (118-78) en el 5° partido al plantel del argentino Luis Scola. Ni Ron Artest ni Shane Batier han impedido que Kobe no haga de las suyas. Aunque en un partido lo hayan dejado en 15 puntos, promedia 29 en la serie.



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